Casta Estela Flores de Torres, una salvadoreña valiente y perseverante, ha demostrado que el origen no define el destino. A sus 56 años, ha logrado graduarse con una importante maestría en educación pedagógica, especializándose como analista de comportamiento certificado por la junta (ABA por sus siglas en inglés), en la ciudad de Nueva York.
La vida de Casta Estela tuvo un giro inesperado a los catorce años, cuando dejó su país natal, El Salvador, buscando una vida mejor en Estados Unidos. Huyendo de los estragos de la guerra, llegó a territorio estadounidense y comenzó a estudiar mientras trabajaba cuidando niños después de la escuela. Su determinación y esfuerzo la llevaron a convertirse en parte de lo que hoy conocemos como la diáspora.
El camino no fue fácil, pero Casta Estela nunca perdió de vista sus sueños y metas. Con una mentalidad resiliente, enfrentó desafíos y obstáculos, siempre con la determinación de forjar un futuro brillante para sí misma y dejar un legado duradero para sus hijas y nietos.