La Cumbre de las Américas es la Reunión de Jefes de Estado y de Gobiernos del continente americano. Su objetivo es analizar y debatir sobre los problemas y desafíos que enfrenta América, así como afianzar la integración hemisférica y la responsabilidad nacional y colectiva, a fin de mejorar el bienestar económico y la seguridad de los ciudadanos.
No obstante, es el propio gobierno de Joe Biden quien «no ha hecho su tarea» y ha metido «zancadilla» a dicho foro, al tomar la decisión de excluir a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua; dejando claramente de lado el objetivo de afianzar la integración y la cooperación entre países. Debido a esto, otros países se han negado a asistir; tal es el caso de México, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Dejarlos fuera de la cumbre, dijo López Obrador, «significa continuar con la política de antaño, de intervencionismo, de falta de respeto a las naciones y sus pueblos». También expresó que «existe la necesidad de cambiar la política que se ha venido imponiendo desde hace siglos: la exclusión».
En este contexto, el portal «The New York Times» recogió cómo diferentes funcionarios estadounidenses trataron de convencer a los mandatarios que se negaron a asistir a la cumbre. No obstante, fueron rechazados. «Se enviaron ayudantes de alto nivel para tratar de convencer a los líderes de El Salvador y Guatemala», destacó el medio.
Asimismo, NY Times aseguró que el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, se negó a comunicarse por teléfono con el secretario de Estado de los EE. UU., Antony J. Blinken, quien quería persuadirlo para que asistiera. Por su parte, Bukele ya había manifestado su descontento en la forma en la que el Gobierno de Estados Unidos ejerce presión sobre otros países; entre ellos, la injerencia en asuntos internos de El Salvador ya que, en el pasado, los gobernantes aceptaban cualquier trato viniendo de la nación del norte, aunque eso significara perder la soberanía.
No obstante, el Presidente Nayib Bukele ha puesto las cosas en claro al decir que las relaciones deben estar basadas en el respeto y la soberanía de cada país.
Por otra parte, las ausencias han arrojado dudas sobre la relevancia de una cumbre que pretendía demostrar la cooperación entre vecinos, pero que en cambio ha transmitido en voz alta las divisiones en una región con un alto nivel de desconfianza hacia el liderazgo estadounidense.
«Todos parecen estar expresando su descontento con la forma en que la administración (de Estados Unidos) ejerce el poder», resaltó Luis Antonio Rojas, columnista de NY Times.
Aunque el gobierno estadounidense insiste en que Biden esbozará en Los Ángeles su visión para un supuesto «futuro sostenible, sólido y equitativo» en el hemisferio, Jorge Castañeda (exsecretario de Relaciones Exteriores de México y ahora maestro de la Universidad de Nueva York) dijo que es evidente, por los forcejeos de última hora en torno a la lista de invitados, que América Latina no es una prioridad para el presidente de Estados Unidos.
«¿Quién autoriza a una nación a excluir a otra?», cuestionó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. «¿Hay gobierno mundial? NO», resaltó el mandatario.