El presidente Nayib Bukele respondió fuertemente a señalamientos de diversas organizaciones internacionales sobre la supuesta violación de los derechos humanos en el marco del Régimen de Excepción, retándolos a llevarse a los pandilleros a sus países.
WOLA es una organización en investigación e incidencia que promueve los “derechos humanos en las Américas”, critico que el Régimen de Excepción el cual fue decretado por la Asamblea Legislativa y promovido por el gobierno para contrarrestar la ola de violencia en el país atenta contra los estándares internacionales de los derechos humanos.
El señalamiento que realizaron mediante Twitter fue “El estado de excepción es una herramienta para que, en una situación de emergencia, se preserve el orden constitucional, no para que se lo menoscabe ni para que agentes y funcionarios del Estado actúen arbitraria y discrecionalmente como en El Salvador”.
Además de la publicación de WOLA la presidenta de esa organización, Carolina Jiménez, señalo que el que el Gobierno ha decretado un estado de excepción «que no sólo no respeta estándares de derechos humanos, sino que continúa llevando la democracia al abismo».
Luego de recibir las criticas de este organismo defensor de los derechos humanos, Nayib Bukele arremetió contra ellos, a los que califico como defensores de asesinos y los acuso de disfrutar los baños de sangre que se dan en el país.
Estas fueron las palabras del jefe de estado en su cuenta de Twitter, “estos vividores de las ONGs internacionales dicen velar por los derechos humanos, pero no se interesan por las víctimas, solo defienden asesinos, como si disfrutaran ver los baños de sangre”.
Asimismo, Bukele en otro tuit le dice a la comunidad internacional que han salido en defensa de los terroristas, que hay 70,000 pandilleros aún en las calles y que se los pueden llevar a sus países. Sáquenlos de esta “persecución dictatorial y autoritaria”. Ustedes pueden ayudar a estos angelitos, no permitan que les sigamos “violando sus derechos”.
También criticó a la Organización de Estados Americanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a las que señaló de haber patrocinado la tregua que habría permitido a las pandillas fortalecerse, acumular recursos, dinero, armas y entrenarse en los polígonos de tiro del ejército para matar salvadoreños.