Un comerciante salvadoreño ha demostrado ser parte fundamental del cambio en el país; le regalo a un gringo un elote con queso para que pudiera probarlo y además hacerlo sentir en casa.
Le dijo también que podía estar seguro ya que en esa zona se cuidaba mucho a los extranjeros; así es como El Salvador sigue despertando cada vez más el interés de los turistas en visitar un país agradable, con paisajes imponentes y con un trato por parte de las personas más que amables.