El día de ayer, el petróleo alcanzó un precio máximo en siete años debido al gran aumento de la demanda; aunque por otro lado, también se debe al avance de la pandemia con la variante Ómicron. Estos aumentos en los precios del mercado petrolero, ha hecho que se llegue a los 90 dólares por barril; lo cual es su nivel más alto desde finales de 2014 y un 12% más que a principios de año.
Prueba de ello es que el barril de la mezcla Brent cotizó a 87.26 dólares, o un 0.9%, marcando un máximo precio desde el 30 de octubre de 2014 cuando llegó a los 86.74 dólares. Por su parte, la mezcla West Texas Intermediate (WTI) cerró en 85.66 dólares llegando a un nivel no visto desde 2014.
Presidentes de diversas naciones, incluyendo al estadounidense Joe Biden, piden a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que abra el mercado petrolero. Sin embargo, la organización no ha dado indicios de querer cambiar su ruta de trabajo.
Otros de los factores que han sido la causa de esta alza en precios son los bajos niveles de reserva e interrupciones en las producciones de países exportadores. Además de la tensión geopolítica, que aumentó por el ataque de Yemen a los Emiratos Árabes Unidos, intensificando las hostilidades entre el grupo alineado con Irán y una coalición liderada por Arabia Saudita. Además de las tensiones entre Rusia, la OPEP y Ucrania. Asimismo, el precio del gas natural, que todavía está en un nivel alto, contribuye al encarecimiento del petróleo, porque provoca un «aumento de la demanda de diésel y de fuel como un reemplazo del gas natural», señalaron los expertos.
La transición energética sigue ocurriendo, intentando reemplazar el crudo y el carbón por energías limpias y renovables, pero al mercado del petróleo aún le queda mucho tiempo. Se pronostica que el barril de Brent rondará los 100 dólares en el tercer trimestre de este año.