La revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS, por sus siglas en inglés») publicó un artículo en el cual un grupo de investigadores noruegos y suizos propusieron construir algunas islas flotantes que permitirían minimizar la existencia de dióxido de carbono en nuestra atmósfera.
Estas islas estarían estructuradas en el mar en forma de clústeres, lo que podría hacer que esos gases que producen el efecto invernadero se transforme en metanol líquido. Además, este diseño demanda que se usen varias células fotovoltaicas, las cuales transformarían toda la energía proveniente del sol en electricidad, lo que al mismo tiempo ayudaría a la extracción del dióxido del agua marina.
Así, a través de una reacción química, lo que hoy es gas sería entonces metanol, que tendría la ventaja de poder ser recolectado y trasladado como un combustible hacia el consumidor final.
Para formar una planta de energía se necesitarían cerca de 70 islas artificiales que abarcarían aproximadamente un área de un kilómetro cuadrado. Las islas podrían ser situadas en espacios donde exista poca incidencia de huracanes, donde las olas no alcancen más de siete metros de altura y el lecho del mar no se encuentre por debajo de 600 metros, ya que de lo contrario sería muy complicado hacer un anclaje adecuado de las mismas.
Según detallaron los autores, hasta el momento, las zonas recomendables para darle luz verde al proyecto serían las costas de América del Sur, Australia y el Sudeste de Asia. Eso sí, sería un plan con un coste elevadísimo, ya que se necesitarían algo más de 3 millones de islas artificiales para poder erradicar las emisiones mundiales de CO2.